La justicia rusa ha dictado una de las condenas más sonadas de los últimos años: 20 años de prisión para Alexéi Safónov, exjefe de la policía de tráfico de la región de Stavrópol, quien fue hallado culpable de liderar una organización criminal, recibir sobornos y abusar de su poder.
El escándalo de Safónov explotó en redes sociales luego de que circularan imágenes de su lujosa mansión, donde destacaba un excéntrico inodoro bañado en oro, símbolo del nivel de corrupción y derroche que acompañó su gestión como servidor público.
El Tribunal Urbano de la región de Cherkesia, al norte de los Urales, impuso además una multa de 100 millones de rublos (unos 1,24 millones de dólares) y le retiró el rango de coronel de la Policía, prohibiéndole ejercer cargos públicos por los próximos 12 años.
Según informó la Fiscalía General en su sitio web oficial, Safónov dirigía una red delictiva que lucraba ilegalmente a través de sobornos en el sistema de inspección de tránsito, donde otorgaba permisos y favores a cambio de cuantiosas sumas de dinero.