Colombia está de duelo tras conocerse la muerte del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien falleció este lunes 11 de agosto a los 39 años, luego de permanecer hospitalizado más de dos meses tras el intento de magnicidio ocurrido el pasado 7 de junio en un acto de campaña en Bogotá.
En sus últimas horas, el hospital reportó un empeoramiento dramático debido a un sangrado en el sistema nervioso central, lo que llevó a sedarlo profundamente. Esa complicación marcó el deterioro irreversible que terminó con su vida.
El ataque, perpetrado por un menor de edad durante un mitin en el occidente de la capital, lo dejó con graves lesiones en la cabeza. A pesar de múltiples cirugías y cuidados intensivos en la Fundación Santa Fe, su estado se deterioró con una hemorragia cerebral que resultó fatal.
Uribe Turbay provenía de una familia con fuerte raigambre política: era hijo de la periodista Diana Turbay, víctima del narcotráfico en los noventa, y nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala. Su carrera fue meteórica: fue concejal de Bogotá, secretario de Gobierno en la alcaldía de Peñalosa, y en 2022 llegó al Senado como el más votado del Centro Democrático.
Su esposa, María Claudia Tarazona, anunció su fallecimiento públicamente y recibió el apoyo solidario del país, cuyo corazón se paralizó ante esta tragedia.
En un país marcado por la violencia política, este atentado revive los fantasmas del pasado y pone en el centro el reto de cuidar la democracia y garantizar la vida de quienes aspiran a servir al país.



