Por más de tres lustros, una mujer en Andalucía, España, vivió de una pensión por incapacidad permanente absoluta tras alegar que un ataque en su trabajo como cajera de supermercado en 2003 la dejó sin poder hablar. Sin embargo, el silencio se rompió cuando un detective privado la descubrió charlando como si nada en plena calle.
El caso, que parece sacado de una serie de ficción, fue revelado por El Periódico, y detalla cómo la mujer aseguraba haber quedado muda luego de sufrir un cuadro psicótico tras una agresión de una clienta. Pero la verdad salió a la luz cuando entidad encargada de pagarle la pensión decidió investigarla al sospechar inconsistencias.
Primero revisaron sus historiales médicos y encontraron que desde 2009 no había señales de que siguiera presentando problemas del habla. Luego, contrataron a un detective que la siguió por varios días y documentó cómo conversaba sin problema con vecinos, otras madres del colegio y hasta con el propio investigador, cuando le pidió una dirección.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) no tardó en fallar: declaró válidas las pruebas, rechazó que se vulneraran derechos constitucionales y confirmó que la mujer fingió el trastorno. Ahora, el caso ha sido remitido a la Fiscalía para evaluar si incurrió en un delito contra la Seguridad Social. Además, se estudia imponerle una multa por temeridad y si debe devolver el dinero que cobró durante 16 años.
“La mujer simuló su pérdida del habla o, al menos, evolucionó favorablemente al punto de hablar con normalidad”, señalaron los magistrados, quienes confirmaron que fue todo un montaje.
Mientras tanto, la Seguridad Social afila lápiz para calcular cuánto tendrá que devolver esta “muda parlanchina”.