Luciano D’Adamo, un hombre que fue atropellado en 2019 por un coche que se dio a la fuga, despertó de un coma con la convicción de que estaba en 1980, cuando tenía 24 años. Su último recuerdo antes del accidente fue entrar en su casa en Monte Mario y salir de nuevo, momento que se vio interrumpido por el violento golpe del coche. Al despertar, Luciano no reconoció a su esposa ni a su hijo, lo que generó un impacto emocional profundo. Creía que estaba comprometido con una joven de 19 años y no comprendía la realidad de su vida actual. Este desajuste temporal fue un trauma considerable, especialmente al verse reflejado en el espejo y darse cuenta de que su cuerpo había envejecido.
El proceso de adaptación fue complicado. Luciano tuvo que ser asistido por psicólogos y enfermeras para entender que había perdido 39 años de su vida debido a un traumatismo craneal. Se mostró asombrado al descubrir la tecnología moderna, como los teléfonos móviles y los sistemas de navegación en los coches. Actualmente trabaja en el mantenimiento de una escuela y ha comenzado a socializar nuevamente, encontrando alegría en su rol como abuelo.
A pesar de sus esfuerzos por recordar, Luciano enfrenta momentos confusos donde finge reconocer a viejos amigos y discute sobre experiencias que no recuerda haber vivido, como un viaje a París con su esposa.