El caso del pastor José Erley Ramírez Garcés, señalado de abusar sexualmente y secuestrar a su hijastra de 13 años en la vereda San Andrés de Chinchiná, Caldas, ha generado conmoción y controversia en el país. Tras la difusión de videos en redes sociales que muestran a la menor huyendo desesperadamente de su agresor, la congregación a la que pertenece Ramírez Garcés ha solicitado su exoneración, argumentando que el pastor habría actuado bajo una “posesión demoniaca” y no por voluntad propia.
La menor logró escapar de la vivienda rural donde estaba retenida el pasado 29 de abril, corriendo por la vereda con signos evidentes de haber estado atada y amordazada. Un campesino, Diego Osorio, intervino oportunamente y la rescató, enfrentando al presunto agresor con un machete. El pastor fue capturado poco después por la Policía y trasladado a un centro médico debido a las lesiones sufridas tras ser golpeado por algunos vecinos al momento de su detención.
Las autoridades hallaron en la finca donde ocurrieron los hechos un hueco y un tanque plástico, presuntamente preparados para ocultar el cuerpo de la menor si el plan del agresor se concretaba. La Fiscalía le imputó los delitos de acceso carnal abusivo, secuestro, tentativa de agresión sexual agravada y tortura. No se le pudo imputar tentativa de feminicidio por falta de una historia clínica que evidenciara un riesgo inminente de muerte para la víctima.
El Ministerio Apostólico del Reino, congregación a la que pertenece el pastor, pidió públicamente su exoneración, asegurando que “fue poseído por el diablo, no era él” y que sus actos fueron consecuencia de una “acción demoníaca”. Familiares y seguidores del pastor también se manifestaron frente a la sede judicial de Pereira, insistiendo en su inocencia y solicitando que se evalúe su estado mental y su historial como líder religioso antes de tomar decisiones judiciales definitivas.
Mientras tanto, la menor permanece bajo protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y recibe acompañamiento psicológico y médico especializado.
El pastor José Erley Ramírez Garcés, por su parte, no aceptó los cargos y se encuentra a la espera de que las autoridades definan el centro penitenciario donde deberá permanecer mientras avanza el proceso judicial.
