Gisèle Pelicot, la figura central del estremecedor caso de violaciones en Mazan, ha presentado una querella contra el semanario francés Paris Match por la publicación de fotografías privadas junto a su nueva pareja, tomadas sin su consentimiento.
El abogado de Pelicot, Antoine Camus, confirmó la acción legal y advirtió que cualquier nueva invasión a la intimidad de su clienta será perseguida judicialmente. “Cada vez que se viole la intimidad de nuestra clienta, reaccionaremos y conseguiremos una condena”, declaró a la agencia AFP.
El contexto añade gravedad al caso. Gisèle Pelicot fue víctima de una cadena de abusos sexuales cometidos por su esposo y otros hombres, que la drogaban, violaban y grababan durante años. El juicio, que concluyó hace apenas cuatro meses, reveló una de las redes de violencia sexual más atroces conocidas en Francia. Durante el proceso judicial, Pelicot fue reconocida tanto a nivel nacional como internacional por su valentía al enfrentar públicamente a sus agresores. La revista Time la nombró una de las mujeres más influyentes del mundo.
Para Camus, la publicación de estas imágenes no es un simple acto de intrusión mediática, sino una falta de respeto profunda hacia una mujer que ha sobrevivido a una violencia extrema. “Es muy chocante, tratándose de una mujer que fue violada, drogada, víctima de agresiones sexuales, fotografiadas y filmadas por su propio esposo y agresor… Cuatro meses después del juicio, ser víctima de fotos tomadas sin su consentimiento es no comprender nada de lo que se juzgó“, afirmó.
Tras el fin del proceso judicial, Pelicot ha comenzado una nueva etapa en su vida junto a Jean-Loup, su actual pareja, con quien se ha instalado en la tranquila Isla de Ré, en la costa oeste francesa. Según Paris Match, la pareja ha intentado reconstruir su vida lejos del foco público. Sin embargo, las recientes publicaciones han vuelto a colocar a Pelicot en el centro de atención mediática.
La querella busca no solo reparar el daño, sino también enviar un mensaje claro sobre los límites de la prensa y el respeto debido a las víctimas de violencia sexual, especialmente aquellas que han tenido el coraje de hacer públicos sus casos.