Una madrugada de terror vivieron miles de ucranianos este jueves cuando un ataque ruso de gran escala impactó diversas zonas del país, con Kiev como el blanco principal. El saldo, hasta ahora, es doloroso: al menos 12 personas perdieron la vida y más de 90 resultaron heridas, incluyendo dos niños.
Los bombardeos afectaron particularmente el distrito de Sviatoshin, donde se desató un incendio y se reportó la destrucción parcial de dos edificios residenciales, además de varios garajes y estructuras comerciales y administrativas. Las imágenes que circulan muestran calles llenas de escombros, vehículos calcinados y vecinos en shock, intentando comprender el horror que se desató mientras dormían.
El ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, fue de los primeros en confirmar el ataque, calificando como “trágica” la situación en Sviatoshin. En un primer balance, reportó 9 muertos y 70 heridos. Horas después, la Policía Nacional de Ucrania actualizó las cifras: 12 fallecidos y más de 90 heridos, de los cuales 44 fueron trasladados a hospitales.
Entre las víctimas mortales se confirmó la muerte de dos menores de edad, lo que ha incrementado la conmoción dentro y fuera de Ucrania.
La magnitud del ataque provocó que la OTAN desplegara aviones de vigilancia en el espacio aéreo de Polonia, en un intento por reforzar la seguridad en la región y monitorear posibles amenazas en zonas fronterizas.
Este nuevo episodio de violencia evidencia que el conflicto sigue intensificándose, dejando tras de sí más dolor y destrucción para una población que lleva más de dos años soportando los embates de la guerra.