Manny Pacquiao promete recuperar el dinero robado por la dictadura de los Marcos en Filipinas

Manny Pacquiao, leyenda del boxeo y candidato presidencial en Filipinas para los comicios del próximo mayo, se comprometió este viernes a impulsar la recuperación de miles de millones de dólares presuntamente robados al Estado durante la dictadura de Ferdinand Marcos, cuyo hijo es máximo favorito en las elecciones.

Durante un foro con varios candidatos presidenciales, Pacquiao afirmó que la Comisión Presidencial de Buen Gobierno (PCGG en inglés), un órgano creado para recuperar la fortuna ilícita de los Marcos y sus aliados, tendrá poder para incrementar los 3 mil 410 millones de dólares recobrados hasta el momento.

“Reforzaremos la PCGG y el dinero que pertenece al Gobierno debería ser devuelto”, dijo Pacquiao durante el evento, al que no asistió Ferdinand “Bongbong” Marcos, hijo del dictador, por “problemas de agenda”.

“La razón por la que nuestro país es pobre es porque hay ladrones en el Gobierno, y esa es la razón por la que necesitamos erradicar la corrupción”, dijo el ocho veces campeón del mundo de boxeo, que apenas recibiría un diez por ciento de los votos, según las encuestas.

Según Transparencia Internacional, Ferdinand Marcos se apropió de forma ilícita de unos 10 mil millones de dólares, un salvaje saqueo que lo convierte en el segundo líder más corrupto de la historia, solo por detrás del indonesio Suharto.

A pesar de haber declarado un patrimonio de 950 mil dólares desde 1965 a 1984, los Marcos adquirieron más de cien cuadros de pintores como Picasso, Van Gogh, Rembrandt o Monet, valorados en esa época en unos 25 millones de dólares, así como varios edificios en las mejores avenidas de Nueva York y Beverly Hills.

Durante los nueve años que rigió la ley marcial (1972-81) de Marcos, al menos 3 mil 240 personas fueron asesinadas, 70 mil encarceladas y 34 mil torturadas, según Amnistía Internacional.

El expresidente, derrocado en 1986, falleció en Hawai tres años después y su viuda, Imelda, y dos hijos regresaron al país en 1992 para afrontar más de 400 procesos judiciales, aunque hasta el momento ninguno les ha puesto entre rejas, lo que les ha permitido hacer carrera política.