Nicolás Maduro volvió a quedar en el centro de la polémica internacional tras recibir una distinción denominada “Arquitecto de la Paz”, otorgada durante un acto oficial por la Sociedad Bolivariana de Venezuela. El jefe del régimen venezolano fue condecorado con una medalla que exhibió ante simpatizantes, en un evento que rápidamente generó reacciones de incredulidad y sarcasmo dentro y fuera del país.
El reconocimiento, del que no se tenía referencia previa, se produce en un momento particularmente sensible para el chavismo: apenas una semana después de que la líder opositora María Corina Machado recibiera en Oslo, Noruega, el Premio Nobel de la Paz 2025. La cercanía entre ambos hechos ha llevado a analistas y usuarios en redes sociales a interpretar el gesto como una respuesta simbólica del régimen frente al impacto internacional del galardón concedido a la dirigente opositora.
Los organizadores del acto aseguraron que la distinción se otorgó a Maduro por ser un “caraqueño ejemplar y luchador”, sumándose a una larga lista de calificativos utilizados por el oficialismo para exaltar su figura, como “conductor de victorias”, “guerrero de la paz” e “hijo de Chávez”. Tras recibir la medalla, Maduro afirmó que se trataba de “un gran compromiso” y citó una frase atribuida a Simón Bolívar: “La paz será mi puerto, la paz será mi gloria, la paz será cuanto deseo y la paz será siempre nuestra victoria”.
En plataformas digitales, el reconocimiento fue comparado de forma irónica con el Premio Nobel de la Paz, mientras miles de usuarios cuestionaron su legitimidad.
El acto ocurrió días después de que altos voceros del régimen intensificaran sus críticas contra María Corina Machado, quien, durante la ceremonia en Oslo, afirmó que el Nobel pertenece “a todo el pueblo venezolano”. En su discurso, el presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, envió un mensaje directo a Maduro, instándolo a aceptar los resultados electorales de 2024 como paso clave para construir una democracia en Venezuela.
Mientras Machado continúa atendiendo a medios internacionales y denunciando la situación política de su país, el gesto de Maduro ha sido interpretado como un mensaje dirigido tanto a su base política como a la comunidad internacional, en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos y un escenario regional marcado por la incertidumbre.



