Un niño de 4 años rompió accidentalmente un jarrón de la Edad de Bronce de 3 mil 500 años de antigüedad en el Museo Hecht de Haifa, Israel. El objeto, que se encontraba cerca de la entrada sin protección de vidrio, se exhibía como parte de la creencia del museo de que los hallazgos arqueológicos tienen un “encanto especial” cuando se muestran sin obstrucciones.
El padre del niño explicó que su hijo tenía curiosidad por ver qué había dentro del jarrón y lo tocó ligeramente, lo que provocó que se rompiera. A pesar del incidente, el museo ha defendido su decisión de exhibir ciertos objetos sin protección de vidrio, citando los deseos de su fundador de hacer los artefactos accesibles al público.
El director del museo, Inbal Rivlin, invitó al niño y a su familia a regresar para una visita privada, afirmando que el museo es “un lugar vivo, abierto a las familias y accesible”. Rivlin también dijo que el museo imprimiría nuevos carteles indicando qué objetos se pueden tocar.
Un experto en restauración ha sido contactado para reparar el jarrón roto utilizando fotografías, y el museo planea aprovechar la restauración para educar al público.
El padre del niño lamentó que el jarrón “ya no será el mismo objeto”.