El presidente venezolano Nicolás Maduro proclamó un enérgico mensaje a favor de la paz y en rechazo a la guerra, en un discurso transmitido por la televisión estatal en el que mezcló frases en español e inglés y se describió a sí mismo bromeando sobre su manejo del idioma: “lenguaje tarzaniano”. “No a la guerra... Sí a la paz, para siempre”, dijo, y agregó: “No a la guerra de los locos, no a la locura de la guerra”.
Las declaraciones del mandatario se producen en un contexto de fuerte tensión regional: desde hace semanas la Administración de Estados Unidos ha intensificado operaciones militares contra presuntos narcotraficantes en el Caribe y, más recientemente, en el Pacífico, acciones que —según reportes oficiales— han causado la muerte de decenas de personas y que Caracas considera violaciones a su soberanía. Washington ha realizado varios ataques marítimos y, según informes, al menos 32 personas han muerto en una serie de golpes que, según la Casa Blanca, buscaban frenar el tráfico de drogas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha reiterado públicamente la posibilidad de ampliar la ofensiva contra el narcotráfico y no descartó ataques terrestres en la región, medidas que, dijo, en caso de adoptarlas la Casa Blanca informaría al Congreso. Estas declaraciones han elevado la alarma entre países vecinos y sido objeto de polémica por la escasez de detalles sobre la evidencia que vincula a las embarcaciones atacadas con cargamentos de drogas.
Frente a ese escenario, Maduro llamó a la sociedad venezolana a prepararse para una respuesta popular si hubiera “ataques que subvirtieran la soberanía”: instó a una “huelga general, insurreccional, revolucionaria” y recordó que en ocasiones anteriores “una llamada bastó para que no se moviera un alfiler” y se activaran las Milicias Bolivarianas y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Asimismo afirmó que la clase obrera sería “el mayor escudo” del país ante cualquier agresión.
Caracas ha llevado la queja al plano internacional: el gobierno venezolano ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que declare ilegales los ataques estadounidenses y respalde la reclamación de soberanía frente a las operaciones militares que considera ilegítimas.
En su intervención, Maduro negó cualquier implicación del Ejecutivo venezolano en el narcotráfico y calificó las acciones militares de Estados Unidos como agresiones que podrían desestabilizar aún más la región, en medio de un clima diplomático ya enrarecido con países vecinos.



