Lo que parece un consejo financiero de un empresario de renombre o un político influyente en Instagram puede ser, en realidad, una peligrosa trampa. Con la ayuda de inteligencia artificial, redes de estafadores están creando videos falsos —con rostros y voces idénticos a los de figuras públicas— para convencer a miles de usuarios de invertir en criptomonedas inexistentes.
El modus operandi es cada vez más sofisticado. Los timadores no solo fabrican estos videos falsos con tecnología de deepfake, sino que además pagan para promocionarlos como anuncios en redes sociales. De esta forma, logran que los clips lleguen a un público masivo, generando una falsa sensación de legitimidad y urgencia.
En los videos se puede ver, por ejemplo, a un conocido empresario asegurando que “este método de inversión cambió su vida”. Pero todo es mentira. Al hacer clic en el enlace, los usuarios son dirigidos a páginas que simulan ser plataformas legítimas, donde les prometen ganancias inmediatas. Algunos incluso son contactados por supuestos asesores financieros que los guían paso a paso para realizar depósitos. Lo que empieza como una inversión de prueba puede convertirse, en cuestión de días, en una pérdida de cientos o miles de euros.
El fenómeno ha puesto en alerta a las autoridades. Y es que las denuncias de ciberfraudes van en aumento. A nivel internacional, se estima que este tipo de engaños podría generar pérdidas superiores a los 12 mil millones de dólares anuales.
La facilidad con la que se pueden falsificar rostros y voces ha abierto una nueva era para los delincuentes digitales. Mientras tanto, las plataformas como Instagram y Facebook se ven desbordadas para identificar y eliminar estos anuncios a tiempo. Aunque Meta ha anunciado nuevas herramientas para detectar contenido manipulado, los estafadores siempre parecen ir un paso por delante.
Las víctimas, por lo general, solo descubren el fraude cuando es demasiado tarde. Para entonces, el dinero ha sido transferido a cuentas en el extranjero y los estafadores han desaparecido sin dejar rastro.
Las autoridades recomiendan desconfiar de cualquier anuncio que prometa riqueza inmediata y comprobar siempre en los canales oficiales si una figura pública realmente respalda una inversión. Porque, en estos tiempos, ni siquiera lo que ves con tus propios ojos es garantía de verdad.