El descontento en Perú no cesa. Y en las calles, miles de manifestantes siguen protestando desde hace un mes.
Ni la caída de la anterior presidenta, Dina Boluarte, ni la llegada hace apenas una semana del actual mandatario, José Jerí, parecen calmar las aguas revueltas del país.
En las últimas horas, las protestas se tornaron violentas.
El miércoles, el cantante de hip hop Eduardo Ruíz, de 32 años, murió tras recibir un disparo de arma de fuego durante una manifestación en la que participaba con miles de jóvenes, según la Fiscalía. El comandante general de la Policía Nacional de Perú, Óscar Arriola, informó este jueves que fue un suboficial quien disparó y se encuentra detenido.
El presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez, anunció que el gobierno se prepara para declarar el estado de emergencia en Lima Metropolitana con el objetivo de “combatir la delincuencia”. Y, a la vez, el Congreso presentó una moción de censura contra Jerí.
Sin renuncia
El nuevo mandatario dijo que no renunciaría y aclaró: “Mi responsabilidad es mantener la estabilidad del país, esa es mi responsabilidad y mi compromiso”.
A la vez, dijo que pedirá al Parlamento facultades para combatir la delincuencia. Pero en Congreso no parece dispuesto a darle concesiones.
Un diputado de la Bancada Socialista presentó la moción de censura en su contra y lo responsabiliza de la represión policial durante la marcha nacional del 15 de octubre.
En el documento presentado se recoge que la Mesa Directiva encabezada por Jerí “ha perdido toda legitimidad del Parlamento y refuerza la percepción de que los partidos políticos actúan en función de sus intereses particulares y no del bienestar de la Nación”.
La iniciativa consiguió sumar las 20 firmas necesarias que exige el Reglamento del Congreso para ser presentada. Ahora deberá tener la mayoría de congresistas hábiles para ser admitida al debate.
Jerí es el séptimo presidente de Perú en menos de una década y asumió el cargo el 10 de octubre.
Si bien las protestas comenzaron para pedir mejores pensiones y salarios para los jóvenes, luego se expandieron los reclamos y hoy son un crisol de los principales problemas que acusan los peruanos: crimen, corrupción y décadas de desilusión con su gobierno.
“El mal que nos aqueja en este momento es la delincuencia. El enemigo está en las calles”, dijo Jerí en sus primeras palabras como presidente ante el Congreso de la República, quien prometió al jurar su cargo “una guerra contra el crimen”.
Pero está claro, que con apenas unos días en el poder, las medidas que tome Jerí serán insuficientes para una población hastiada.
La criminalidad, cada vez más violenta, es una de las principales preocupaciones en Perú, con gran parte de la población y de los analistas culpando a los dirigentes políticos de inacción, cuando no complicidad, ante las bandas criminales.



