El 23 de julio, Kai McKenzie, un surfista de 23 años, fue atacado por un tiburón blanco de casi 3 metros mientras surfeaba cerca de Port Macquarie, Australia. Tras luchar contra el tiburón, McKenzie logró llegar a la orilla, donde un policía fuera de servicio improvisó un torniquete con la correa de su perro para detener una hemorragia en su pierna... o en el lugar donde esta estuvo. Y es que desafortunadamente, su pierna derecha fue amputada en el ataque, aunque poco después esta apareció en la playa arrastrada por la marea y fue colocada en hielo para su posible reimplantación en el hospital.
McKenzie se encuentra en estado grave, pero es capaz de hablar y se muestra tranquilo, gracias a la rápida intervención del agente que le salvó la vida. Fue trasladado en avión al John Hunter Hospital, un importante centro de traumatología. La comunidad y su patrocinador, la empresa de ropa de surf Rage, han expresado su apoyo a McKenzie, quien había comenzado a surfear de nuevo tras recuperarse de una fractura de cuello el año anterior.
Las autoridades están tratando de localizar al tiburón responsable del ataque, utilizando drones y trampas, mientras que se han registrado 15 avistamientos de tiburones blancos en la zona en la última semana. Además, se ha creado una cuenta de GoFundMe para ayudar a McKenzie y su familia con los gastos médicos.