El príncipe Alberto II frenó la propuesta que buscaba permitir el aborto a petición hasta las 12 semanas en el Principado de Mónaco, un giro que detiene uno de los cambios legales más discutidos en los últimos años dentro del país.
En declaraciones publicadas por el diario Monaco-Matin, el jefe de Estado confirmó que instruyó al Gobierno a no promulgar la norma aprobada por el Consejo Nacional en mayo, que había recibido 19 votos a favor y solo 2 en contra.
Según explicó, el marco legal actual “refleja la identidad del Principado” y subrayó la importancia que la Iglesia Católica tiene en la vida institucional del país, además de asegurar que las mujeres en situaciones difíciles reciben “acompañamiento seguro y humano”.
Un sistema que permanece casi intacto
Con esta decisión, continúa vigente una de las legislaciones más restrictivas de Europa. Desde 2009, el aborto solo es legal en casos de violación, riesgo grave para la vida de la madre o malformación fetal severa. Una modificación introducida en 2019 eliminó las sanciones penales para las mujeres monegascas que recurren al procedimiento en el extranjero, especialmente en Francia.
El proyecto rechazado —presentado en marzo de 2025— proponía permitir la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 12 semanas, o hasta las 16 en casos de violación, y rebajar de 18 a 15 años la edad para prescindir del consentimiento de los padres.
Hace dos semanas, el ministro de Estado, Christophe Mirmand, comunicó oficialmente al presidente del Consejo Nacional, Thomas Brezzo, que el Ejecutivo no continuaría el proceso, en cumplimiento de las instrucciones del Soberano.
Un veto amparado por la Constitución
La Constitución de 1962 establece que ninguna ley puede entrar en vigor sin la firma del Príncipe. A diferencia de otros sistemas parlamentarios europeos, en Mónaco el soberano conserva un poder de veto absoluto, herramienta que Alberto II decidió ejercer por primera vez para frenar una reforma legislativa de este tipo.



