Rodrigo Duterte, el ex presidente filipino acusado de crímenes contra la humanidad y actualmente detenido en La Haya, ha dado un nuevo golpe de autoridad política en su país: según los resultados provisionales de las elecciones de medio mandato celebradas este lunes, lidera con contundencia la contienda por la alcaldía de Davao, su bastión político en el sur del país.
Duterte, quien gobernó Davao por más de tres décadas antes de alcanzar la presidencia (2016-2022), obtuvo 618 mil 398 votos, lo que representa más del 85% del apoyo ciudadano en la ciudad. Su dominio electoral se mantiene intacto a pesar de su actual situación legal.
El exmandatario fue arrestado en marzo tras una orden emitida por la Corte Penal Internacional (CPI), que lo acusa de crímenes contra la humanidad por su brutal campaña antidrogas. Bajo su gobierno, se estima que más de 6 mil personas murieron en operativos policiales y ejecuciones extrajudiciales, aunque organizaciones de derechos humanos locales elevan la cifra a cerca de 30 mil víctimas.
Estos comicios se desarrollaron en medio de una creciente tensión entre el presidente actual, Ferdinand Marcos Jr., y la influyente familia Duterte, cuya fuerza política sigue latente en el sur del archipiélago.
Aún se desconoce si, en caso de confirmarse oficialmente su victoria, Duterte podrá asumir el cargo desde su reclusión. Lo cierto es que su figura continúa generando polarización en Filipinas: para algunos, un férreo defensor del orden; para otros, un líder autoritario que dejó un legado de sangre.