El sacerdote católico Robert Sullivan, de 61 años, enfrenta ha sido acusado de haber pagado cientos de miles de dólares a una mujer, con el fin de mantener en secreto un acuerdo de “acompañamiento privado” que incluía relaciones sexuales y que, según la denunciante, comenzó cuando ella tenía 17 años.
Heather Jones, quien actualmente tiene 33 años y creció en hogares de acogida, asegura que Sullivan le pagaba para garantizar su silencio. Sin embargo, decidió presentar su denuncia porque el sacerdote continúa trabajando con familias y menores en la parroquia Nuestra Señora de los Dolores, en Homewood, y teme que otras personas puedan estar expuestas a situaciones similares de manipulación y abuso.
Jones declaró que conoció a Sullivan mientras trabajaba como bailarina en un club para adultos y que las propinas iniciales derivaron en una propuesta para mantener una relación estable a cambio de apoyo económico, que incluía encuentros sexuales. Según la mujer, el sacerdote la llevaba de compras, a restaurantes, a beber y a hoteles en al menos seis ciudades del estado. En un principio, se presentó como médico, y no fue sino hasta más tarde que Jones supo que era sacerdote.
Según la denuncia, Sullivan, a través de su abogado, le hizo firmar un acuerdo de confidencialidad, por el cual recibió 273 mil dólares. Además, entre julio de 2024 y marzo de 2025, le habría entregado alrededor de 120 mil dólares adicionales en varias transacciones.
La acusación fue presentada ante la Diócesis de Birmingham, cuyo obispo, Steven Raica, informó que el caso está siendo revisado por un comité independiente y que también fue remitido al Vaticano para su investigación. Mientras tanto, Sullivan, quien cuenta con una trayectoria de 32 años como sacerdote, tiene prohibido ejercer el ministerio público y solicitó una licencia personal.



