En un avance sin precedentes, científicos han desarrollado un tipo de sangre artificial universal, es decir, compatible con todos los grupos sanguíneos humanos, lo que representa una posible revolución en el campo de la medicina transfusional y de emergencia.
Este desarrollo es liderado por investigadores japoneses, específicamente por el profesor Hironi Sakai, quien encabeza un equipo que ha creado vesículas de hemoglobina: estructuras sintéticas que contienen hemoglobina (la proteína que transporta oxígeno) encapsulada dentro de membranas artificiales. A diferencia de la sangre tradicional, estas vesículas pueden almacenarse sin refrigeración, lo que resuelve dos desafíos claves: el desperdicio de sangre vencida y la dependencia de cadenas de frío para su conservación y transporte.
Los ensayos clínicos en humanos comenzaron en 2022, según reportes del sitio especializado Med Edge, y fueron reseñados por medios como Infobae. En su fase inicial, voluntarios recibieron pequeñas dosis intravenosas de 100 mililitros, sin presentar efectos adversos graves. En la etapa actual, se están probando dosis más altas —entre 100 y 400 ml— con el fin de evaluar no solo la seguridad, sino también la eficacia de esta sangre artificial como alternativa real a las transfusiones tradicionales.
El potencial de este avance es enorme: podría abolir la necesidad de compatibilidad entre grupos sanguíneos, algo crucial en situaciones donde el tiempo es vital, como accidentes, guerras o catástrofes. También reduciría el riesgo de rechazos, infecciones y errores médicos, además de garantizar la disponibilidad inmediata de sangre en hospitales y zonas remotas.
Además del equipo del profesor Sakai, otras instituciones japonesas, como la Universidad de Chuo, trabajan en soluciones similares. En su caso, encapsulan la hemoglobina con proteínas de la familia de la albúmina, lo que ayuda a estabilizar la presión arterial durante transfusiones en situaciones críticas.
El mundo observa con atención este avance, que podría representar uno de los hitos más importantes de la medicina moderna. Si los resultados clínicos continúan siendo positivos, la sangre artificial universal dejaría de ser ciencia ficción para convertirse en una herramienta concreta para salvar millones de vidas.