La Casa Blanca aseguró este miércoles que el presidente Donald Trump no permitirá que en Estados Unidos se imponga un “gobierno de una turba”, en medio de las crecientes protestas contra sus políticas migratorias. Karoline Leavitt, secretaria de Prensa, reafirmó en una sesión informativa que “el deber más básico del gobierno es preservar la ley y el orden, y esta administración abraza esa sagrada responsabilidad”.
Las manifestaciones, que se han extendido a varias ciudades, incluido Los Ángeles, han provocado una fuerte respuesta del gobierno federal, que incluso ha desplegado militares para contener los disturbios. En paralelo, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el martes por la noche el despliegue de la Guardia Nacional en diferentes zonas del estado para “mantener el orden”.
Abbott señaló a través de su cuenta en la red social X que “la Guardia Nacional de Texas será desplegada en distintos puntos del estado para garantizar la paz y el orden. Protestar pacíficamente es legal. Dañar personas o propiedades es ilegal y desembocará en detenciones”. Esta medida busca frenar la escalada de protestas que surgieron tras las redadas antimigrantes ordenadas por el Gobierno federal.
Con estas acciones, tanto la Casa Blanca como las autoridades estatales buscan controlar la situación y evitar que la violencia y el desorden tomen el control, reafirmando su compromiso con la seguridad pública y el respeto a la ley.