Las obras que el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) desarrolla en la comunidad de Broklincito, en los límites de Curundú y Bethania, vienen enfrentando desde hace meses a las autoridades de esta entidad con la vicealcaldesa capitalina Raisa Banfield.
Mientras que el Miviot asegura que cuentan con todos los permisos necesarios de la Alcaldía de Panamá, la segunda al mando en ese despacho acusa a las autoridades de vivienda de no contemplar a los vecinos del barrio en un proyecto que es de su interés.

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La última polémica la generó una entrevista que el titular del Miviot, Martín Sucre Champsur, otorgó a Mi Diario donde, entre otras cosas, calificó como político el manejo que ha tenido Banfield con el tema Brooklincito.
“La Alcaldía de Panamá aprobó todos los permiso, el 75% de las familias ya salió, pero de repente aparece Raisa Banfield con manejos políticos que son insoportables y frustrantes. Espero que se proyecto siga su ejecución”, dijo Sucre Champsur a Mi Diario.

La respuesta de la vicealcaldesa no se hizo esperar, y este domingo a través de su cuenta social Twitter indicó: “Insisto e insistiré en que el tema de #Brooklincito debe ser revisado y adecuado a los mejores intereses de toda la comunidad y con el mayor respeto al entorno natural. Que digan que me mueven intereses politiqueros, me tiene sin cuidado, es más señor Ministro súmese a la fila”
Pero la también activista medioambiental no se quedó ahí y siguió petardeando al ministro. “Hablar de porcentajes es ignorar a las personas. 73 familias que quedan allí no pueden ser ignoradas y tirarles árboles y sus casas encima, o simplemente sacarlos con antimotines. Ojalá y hubiese habido hidalguía profesional de revisar lo mejorable y avanzar con un mejor proyecto”.
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Brooklincito, un proyecto que sin dudas tiene un gran impacto para las 350 familias que viven en la zona no ha estado exento de polémica. Sus residentes han denunciado que no siempre ha habido claridad en la forma en que se les da la información y muchos temen no regresar. Al respecto, el Miviot sostiene que la obra fue licitada con total transparencia y que cuentan con todos los permisos necesarios para la edificación de las torres. Igualmente reiteran su compromiso social con la población del área.

El conflicto más reciente se dio cuando funcionarios del Miviot llegaron en compañía de unidades de la Policía Nacional para talar unos árboles y seguir así con las labores de remoción de tierra. En ese entonces Banfield acudió y junto con los vecinos impidió que se siguiera cortando vegetación. Con documentos en mano alegó el incumplimiento de varias normas.
Pero el Miviot insiste en que la iniciativa contempla la reforestación o repoblación de árboles como un compromiso, además de creación de áreas verdes donde nunca las hubo.
Lo cierto es que mientras esté en ejecución, el proyecto del Nuevo Brooklincito seguirá generando polémica.