Médicos Sin Fronteras (MSF) en Panamá se trasladó a la provincia de Darién, y en conjunto con el Ministerio de Salud, brindan atención médica, de salud mental y orientación social a la población de migrantes que entran por la comunidad de Bajo Chiquito, zona fronteriza con Colombia.
Owen Bremil, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Panamá, señaló que debido a la gran cantidad de personas que llegan al Centro de Salud en Bajo Chiquito, se ha extendido el trabajo para que tanto migrantes como la población pueda atenderse.
“Estamos trabajando mano a mano con un equipo del Minsa, conformado por un doctor, un técnico y un enfermero, en el mes de julio hemos atendido siete mil 500 personas y en el mes de agosto se atendieron ocho mil”, puntualizó Bremil.

El Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc González también se fue a Bajo Chiquito junto a personal del Ministerio Público, Servicio Nacional Aeronaval (Senan), Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), Servicio de Migración y del Consejo Noruego para verificar las condiciones existentes.
LEA TAMBIÉN: Se registran 563 casos nuevos de la covid-19
Igualmente, el defensor explicó que se le está dando seguimiento a casos de presunta violación o actos libidinosos a migrantes, en ruta de acceso al país, en Darién, para determinar responsables, entre los que podrían figurar los “coyotes” e insurgentes, pues el trayecto por la selva de Darién es de 267 kilómetros de extensión; y por otra parte se verificará que la población de Bajo Chiquito, comunidad tránsito de migrantes, se esté beneficiando de las medidas aplicadas por el Ministerio de Salud y de la Organización Médicos Sin Fronteras.
En el 2010, la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló en el caso Vélez Loor, un ecuatoriano que denunció violaciones a su condición de migrante en Panamá, que el país debía resarcir económicamente al afectado y cumplir medidas provisionales para evitar situaciones similares, velando por el cumplimiento de los derechos humanos de los migrantes.