Aunque siempre han existido, ahora está muy de moda que algunos “líderes mundiales”, si se les puede llamar así, se salgan del contexto del discurso de barricada, y pasen a los discursos de odio. Más allá de la parte xenofóbica y su orientación racista, profundicemos más en el tema.
Discurso de odio, también lo podemos enmarcar cuando no se hacen políticas públicas en educación, salud, vivienda, transporte, transparencia, anti corrupción, rendición de cuentas, acceso a la información, etc. Y es así porque se está enmarcando y discriminando a la población a no saber nada. Es fácil ver como se paran frente a un micrófono a enumerar planes y logros con una elocuencia quijotesca y con aplausos solo de políticos que no han dejado de estar ahí siempre.
Discurso de odio, también lo vemos manifestado en la serie de fueros y privilegios que tienen algunos, y que son contrarios a la Constitución. Insisto, nuestras conciencias no se pueden vender por una bolsa de comida y/o un jamón. En estos días tenemos grandes dilemas: O vendemos nuestras conciencias o cambiamos en nuestra realidad.
El discurso de Trump y su Impeachment, la tabla de posiciones de La Liga Española deberían ser temas superficiales para los panameños. Lo que nos debe importar ahora, es cuando llegan las demás vacunas y rogar que para el 2021 nuestros estudiantes tengan acceso a la educación tanto en conectividad como en equipo.
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