Esperando está el azote de latigazos por el loco mayoral.
Sangre sobre sangre, en la espalda y en su pectoral.
Tírale las sobras a esa gente, decía la señora, pensando que hacía un favor.
Minimiza el hambre, mas no disminuía la penetrante fuerza del dolor.
Bajo el sol, bajo la lluvia, había que trabajar la tierra y cuidar la casa.
Noches de cantos y tambores, todos mandingas orgullosos de su raza.
No puedes pensar que eres libre, me decían. No puedes aprender.
Solo aprendieron los ladinos, cual cascada de conocimientos empezaron a leer.
Véndanlos en pareja o cobren más por las mujeres, gritaba el mercader.
Vienen de África negra, son incansables y con las tareas van a poder.
Destruyan el quilombo y no los dejen formar palenques de refugio.
La patrona está molesta y el amo orgulloso porque nació el primer negro rubio.
No pueden entrar a la iglesia, déjenlos adorar sus mitos del más allá.
Si supieran que esa orden potenció a Obatalá, Changó y Yemayá.
De las sobras y migajas regaladas, grandes manjares salieron.
Hoy se mueren por probar aquellas cosas que los negros inventaron.
No se trata de blanco o negro, se trata de la historia de gente sufrida.
Evitemos estereotipos y colores, todo esto se trata de la vida.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.
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