En una declaración cargada de simbolismo regional, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este jueves la adhesión de su país al Tratado de Neutralidad Permanente del Canal de Panamá, en presencia del mandatario panameño, José Raúl Mulino, quien realiza una visita oficial a Brasilia.
“Brasil apoya integralmente la soberanía que tiene Panamá sobre el Canal, que desde hace más de 25 años lo administra con garantías de neutralidad y eficiencia”, afirmó Lula frente a los periodistas, sellando un respaldo político y diplomático a la vía interoceánica que conecta a los mercados globales.
El anuncio no se quedó solo en cortesía diplomática. El líder brasileño aprovechó el escenario para lanzar críticas veladas contra Estados Unidos y en particular contra su presidente, Donald Trump, quien desde su llegada a la Casa Blanca en enero insinuó que su país podría “recuperar” el Canal.
Lula habló de un “momento crítico” en América Latina, donde —dijo— aún se intentan imponer “antiguas hegemonías” y se recurre al comercio como “instrumento de coacción y chantaje”. Sus palabras marcaron distancia frente a las advertencias de Washington y alinearon a Brasil con Panamá en defensa de la neutralidad del Canal, pieza estratégica del comercio marítimo mundial.
La decisión de Brasil de adherirse al Tratado de Neutralidad refuerza el bloque de países latinoamericanos que respalda la administración panameña de la vía, justo cuando se intensifican los debates internacionales sobre su papel geopolítico.


