Uno de los lugares predilectos en la visita de miles y miles de turistas que vienen al istmo es el Casco Antiguo.
El pequeño corregimiento de San Felipe tiene las mágicas calles del Casco Antiguo, que ofrecen grandes experiencias de día y de noche.
Todos sabemos que este es el segundo asentamiento de la Ciudad de Panamá, luego del incendio Panamá La Vieja en enero de 1671. Un polémico fuego provocado por Juan Pérez de Guzmán y Gonzaga, gobernador de Panamá, ante los ataques del pirata Henry Morgan.
Para aquellos días, Panamá era un sitio atractivo por el que se traficaba distintos tipos de mercancía, incluyendo el oro del Perú. Y justamente los comerciantes peruanos aportaron en el traslado que fue aprobado por la corona española.
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El encargado del traslado de la ciudad con 300 nuevas viviendas fue el gobernador Antonio Fernández de Córdoba, quien evaluó y reconstruyó la ciudad a 11 kilómetros de las ruinas de Panamá Viejo.
La fecha de fundación de este nuevo asentamiento fue el 21 de enero de 1673, y hoy se conmemora 347 años de este hecho histórico.
El lugar era ideal pues sus arrecifes evitaban mareas altas y además se amuralló la ciudad para evitar nuevos ataques.
Hoy en día, el Casco Antiguo no es más el centro de la Ciudad de Panamá, pero sí goza de mucha atención de nacionales y extranjeros. La Plaza Mayor o Plaza de la Independencia cuenta con la Catedral Metropolitana, el Museo del Canal Interoceánico de Panamá y un remodelado hotel con elegantes escaleras de madera.
Tiendas, restaurantes, bares, iglesias, teatro y más plazas son otros de los lugares para visitar en las 12 calles.