Mientras en Bocas del Toro la crisis se agrava con casi 5 mil trabajadores bananeros quedándose sin empleo, al otro lado de la frontera, la transnacional Chiquita Brands reaparece con fuerza.
Este viernes, la presidenta ejecutiva de JAPDEVA, Sucy Wing Ching, confirmó que la compañía volvió a operar en el puerto de Moín, Costa Rica, tras sellar un acuerdo comercial.
El regreso fue a lo grande: el buque “Italian Stream” atracó en la terminal Gastón Kogan con 180 contenedores de importación y otros 130 listos para exportar, además de mover más de 3 mil cajas de banano paletizado. La fiesta portuaria en el Caribe tico marca el inicio de una nueva etapa con la multinacional.
Pero en Panamá, el panorama es otro. Este jueves, Chiquita Panamá e Ilara Holding soltaron la bomba: tras más de tres semanas de paralización en sus fincas de Changuinola, se decidió despedir a todos los trabajadores diarios por “abandono injustificado”.
El golpe deja a más de 4,800 panameños sin sustento.
El paro, que arrancó el 28 de abril por parte del sindicato Sitraibana, ya fue declarado ilegal por un juzgado laboral el pasado 16 de mayo, pero los sindicalistas apelaron la decisión.
La empresa ya había anunciado que cerraría una finca completa y parte de otras dos, lo que agrava la crisis bananera en la provincia.
En plata blanca, ya son cuatro semanas sin embarques desde el puerto de Almirante. Eso equivale a unos 1,600 contenedores de banano que no se exportaron, y la empresa calcula pérdidas por encima de los 75 millones de dólares.
Mientras Bocas del Toro se tambalea, Costa Rica celebra.