El cacique regional Nedrini, Paul Villanero, denunció que fue víctima de privación de libertad y lesiones tras ser sometido al castigo del cepo, un hecho ocurrido en la comunidad de Explanada de Chorcha, Ngäbe-Buglé, que terminó con la aprehensión de tres personas.
Según las investigaciones, el pasado 19 de agosto, dos hombres y una mujer retuvieron al cacique y lo amarraron en este castigo ancestral, que consiste en inmovilizar a la persona con un tronco o tablas de madera que aprisionan pies y manos, dejándola en una posición dolorosa durante horas.
Villanero relató que estuvo en el cepo desde las 4:00 p.m. hasta pasadas las 7:30 p.m., y que fue gracias a la intervención de una de sus hijas que logró liberarse poco antes de que llegaran los agentes de la Policía Nacional y la DIJ, quienes tomaron control de la situación.
El cacique también aclaró los rumores que circulaban en redes sociales: “Ha salido en las redes sociales que por estar en contra de las protestas el presidente de la república Mulino me nombró como cacique general con un salario adicional de mil dólares que se publicó hace una semana. Razón de esto ellos me sometieron al castigo ‘cepo’. Eso es totalmente falso”, recalcó.
El abogado defensor del cacique señaló que los tres señalados actuaron de forma ilegal, ya que no forman parte de las autoridades tradicionales ni tenían facultad para aplicar castigos ancestrales. Además, recalcó que no existía proceso alguno contra Villanero que justificara esa sanción.
Los aprehendidos fueron trasladados a audiencia ante jueces de garantías en Chiriquí, donde se definirá la imputación de cargos y las medidas cautelares.
El Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc González, condenó el uso del cepo, calificándolo como un castigo cruel, degradante e inhumano. Recordó que la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDH) ya ha advertido sobre los riesgos de esta práctica, que aún no está reglamentada en la comarca.
La Defensoría reiteró que seguirá dialogando con las autoridades indígenas para erradicar el uso del cepo, subrayando que ningún castigo puede estar por encima de la dignidad y los derechos humanos.



