La calma que debería acompañar el nacimiento de un hijo se convirtió en angustia para la familia Guerrero, luego de que denunciaran una presunta confusión entre dos recién nacidas en la Ciudad de la Salud.
El hecho, ocurrido el pasado viernes 22 de agosto, mantiene a los padres en incertidumbre mientras esperan los resultados de una prueba de ADN que, aseguran, podría aclarar si su bebé es realmente la que les entregaron en el hospital.
Adolfo Guerrero relató a Telemetro Reporta que su hija nació a las 9:00 de la noche de ese viernes. Sin embargo, unas 11 horas después, personal médico les informó de una situación irregular: otra niña había nacido en el mismo hospital, apenas dos horas antes, lo que despertó dudas sobre la identidad de las menores.
“Nosotros solo queremos estar seguros, que nos digan con claridad si la bebé que tenemos en brazos es la nuestra. No es justo vivir esta incertidumbre”, expresó Guerrero, quien junto a su familia insiste en que hasta no recibir los resultados de ADN no podrán respirar tranquilos.
La madre de la niña, aún hospitalizada, también espera el alta médica en medio de la tensión. La familia asegura que las horas posteriores al parto han sido una mezcla de alegría y preocupación, pues la posibilidad de un error en la identificación de los recién nacidos les quita la paz.
Ante la denuncia, el director médico de la Ciudad de la Salud, Ricardo Sandoval, aclaró que el hospital cuenta con protocolos estrictos de identificación para evitar precisamente este tipo de situaciones.
Según explicó, cada paciente recibe brazaletes y se registran datos médicos al momento del nacimiento.
“Estamos a la espera del resultado de la prueba de ADN para disipar cualquier duda y darle tranquilidad a la familia”, indicó Sandoval, subrayando que el hospital seguirá los procesos establecidos para garantizar la seguridad de los pacientes.
Sandoval, aclaró que a petición de los padres se realizó una prueba de ADN, la cual confirmó que la bebé era efectivamente hija biológica de quienes la reclamaban.
Explicó que en todo momento el hospital mantuvo los protocolos de seguridad, con un sistema de doble verificación desde el parto y durante la hospitalización, y que esta prueba fue un procedimiento extraordinario solicitado por los familiares, sin que se detectara ninguna anomalía en el proceso de identificación.
El caso no ha pasado desapercibido. En redes sociales, padres y madres de familia han mostrado su preocupación y reclaman mayor atención en los protocolos de los hospitales públicos. Muchos comentan que un descuido de este tipo puede marcar para siempre la vida de una familia.
Mientras tanto, los Guerrero esperan la confirmación científica que despeje sus temores. Lo que debió ser un recuerdo feliz se convirtió en un episodio de zozobra, y ahora todo dependerá del resultado que arroje la prueba de ADN.


