Gerardo Solís, contralor de la República de Panamá, compartió sus reflexiones en medio de cuestionamientos sobre su gestión y el futuro de la Contraloría. A su llegada al Centro de Convenciones Atlapa para el acto de proclamación del presidente electo, José Raúl Mulino Quintero, Solís abordó varios temas de interés.
Ante la pregunta sobre cómo encontraría el presidente electo la Contraloría, Solís expresó que la transición del cargo se llevará a cabo el 31 de diciembre de este año, y que la persona seleccionada por la Asamblea Nacional será la más adecuada para evaluar la situación actual de la institución.
Sobre la transición con el presidente electo, Solís destacó que aún no ha tenido la oportunidad de dialogar con Mulino, pero manifestó su disposición para cooperar en el proceso con cordialidad y armonía.
Al ser interrogado acerca de las críticas recibidas durante su mandato, Solís señaló que es parte del proceso y que la cultura de corrección es esencial para avanzar en la gestión pública. Reconoció que, aunque los funcionarios de la Contraloría puedan ser considerados “inmortales” debido a su larga trayectoria en la institución, él mismo es consciente de su mortalidad y de que su mandato estaba destinado a durar cinco años, los cuales están por concluir.
El contralor resaltó la importancia de la rendición de cuentas y mencionó la creación de una subdirección dedicada a este fin, que ha generado más de mil 600 informes de rendición de cuentas en diversos ámbitos. Asimismo, enfatizó que la Contraloría no debe ser un obstáculo, sino una institución que promueva la correcta ejecución de las políticas públicas.
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