Diciembre suele asociarse con luces, reuniones y celebración, pero no para todos representa un tiempo de alegría. La psicóloga Lizza Pinilla advierte que durante estas fechas se incrementan la tristeza, la soledad y los duelos, especialmente en adultos mayores y personas que han sufrido pérdidas recientes.
“No se trata de incomodidad, sino de respuestas emocionales reales que pueden intensificarse por el ruido, la pirotecnia o la presión social de ‘tener que ser feliz’”, explica.
Lizza Pinilla, psicóloga
La especialista advierte que diciembre puede intensificar la tristeza, el duelo y la soledad, y llama a practicar la empatía durante las fiestas.Lizza Pinilla, psicóloga.
“Respetar que alguien no quiera celebrar también es una forma de acompañar y cuidar su bienestar emocional”.
En la calle, los testimonios confirman esa realidad. Josafath, músico en la Plaza de Francia, cuenta que diciembre le recuerda la muerte de su abuela y la imposibilidad de reunir a toda su familia por problemas económicos y conflictos personales.
Josaphat, músico callejero.
La música se convierte en refugio emocional para sobrellevar el duelo familiar y las dificultades económicas en diciembre.Josaphat, músico.
“Cuando toco en diciembre, siento que hablo con quienes ya no están y eso me da un poco de paz”.
Para él, la música es una forma de canalizar el duelo y seguir adelante. En contraste, Noelia, visitante de El Salvador, vive la Navidad como un espacio de fe y unión familiar, mientras su amiga Getzely reconoce no sentirse del todo identificada con las tradiciones, aunque valora el compartir.
Noelia, visitante de El Salvador
Vive la Navidad como un tiempo de fe, gratitud y unión familiar, lejos del ruido del consumismo.
Getzely, amiga de Noelia
Aunque no se identifica con todas las tradiciones navideñas, valora el compartir y la cercanía con los seres queridos.Getzely
“No necesito decorar para sentir que es Navidad; a veces basta con compartir un momento tranquilo.”
Desde otra mirada, Gustavo, artesano, describe diciembre como una época marcada por el trabajo y la presión económica, donde la celebración pasa a segundo plano.
Pinilla insiste en la empatía y en adaptar las celebraciones: escuchar, acompañar y respetar los límites emocionales también es cuidar la salud mental.
Las luces navideñas contrastan con historias personales marcadas por pérdidas, trabajo y presión económica.DATOS
Señales de alerta: aislamiento repentino, irritabilidad constante, llanto frecuente, alteraciones del sueño o pérdida de interés en actividades habituales.
Pequeños gestos ayudan: una llamada, una visita breve o compartir una comida sencilla.
Hablar del duelo es sano: recordar a quienes ya no están.
Buscar ayuda también es válido: acudir a un profesional de la salud mental.
Lizza Pinilla, psicóloga. La Navidad también puede ser un momento para cuidar la salud mental.

