El paso peatonal elevado de Pan de Azúcar, en el distrito de San Miguelito, fue finalmente desalojado la mañana de este miércoles, tras meses convertido en refugio improvisado de personas sin hogar.
El operativo, liderado por unidades de la Policía Nacional y el Servicio Nacional de Migración, respondió a las constantes denuncias de vecinos que ya no se atrevían a cruzar por miedo y por el mal estado del lugar.
Según los reportes oficiales, al menos seis personas fueron identificadas durante la intervención, mientras que otras tres, que solían permanecer en el sitio, no estaban al momento del desalojo. Una de las personas halladas se encontraba en estado crítico, aparentemente por desnutrición o tuberculosis, y fue trasladada de urgencia en ambulancia.
La directora de Planificación Urbana de la Alcaldía de San Miguelito, Diana Xie, confirmó que el municipio seguía el caso desde principios de año y que el puente era prioridad por su ubicación:
“Conecta una parada de metrobús con una escuela, el Instituto Rubiano. Su cierre ponía en riesgo a la comunidad”, explicó. De hecho, un día antes del operativo, un peatón fue atropellado por cruzar la vía ante la imposibilidad de usar el puente.
Vecinos celebraron la acción, aunque reconocen que el problema va más allá del distrito. “Esto no se resuelve solo limpiando. Hay que ayudar a esa gente también”, comentó una residente de la zona, mientras voluntarios comenzaban a recoger los desechos que quedaron tras el desalojo.
El lugar había sido tema de debate desde hace meses. Allí vivían al menos ocho personas en condiciones de extrema pobreza, entre ellos Emanuel Palomares, un joven venezolano de 32 años que llegó al país buscando una oportunidad.
“No somos delincuentes, solo pasamos necesidad”, había dicho a Mi Diario en una entrevista anterior, mientras barría con una escoba.
Palomares y otros ocupantes habían hecho del puente su único techo, entre colchones viejos, cartones y botellas. A pesar de ello, intentaban mantener el lugar “limpio y en orden”.
Xie aseguró que la estructura será reabierta al público una vez se complete la limpieza y mantenimiento, y reiteró la necesidad de una respuesta estatal integral para atender la crisis de personas sin hogar en el país.
“El puente de Pan de Azúcar es solo uno de muchos casos. Esto requiere atención en salud mental, vivienda temporal y reinserción social”, advirtió la funcionaria.
Por ahora, los vecinos esperan volver a usar el puente sin miedo, y que el Estado no solo lo limpie… sino también la deuda social que refleja.

