La tranquilidad del Parque Nacional Humedal San San Pond Sak se vio brutalmente interrumpida cuando guardaparques y unidades de la Policía Ambiental hallaron el cuerpo descuartizado de una tortuga baula en la playa de Sixaola. Lo más alarmante es que el hecho ocurrió mientras la tortuga se encontraba en pleno proceso de desove, dejando al descubierto la crueldad del ataque.
Según los primeros informes, se sospecha que los infractores cometieron el crimen durante la madrugada del jueves, llevándose no solo la carne de la tortuga, sino también los huevos que estaba colocando en la playa. Las autoridades presumen que los responsables escaparon por la desembocadura del río Sixaola a bordo de un bote, lo que dificultó su captura inmediata.
El ejemplar tenía una longitud de 152 centímetros de caparazón, y aún conservaba restos de huevos en formación, interrumpiendo abruptamente el ciclo vital de esta especie en peligro. El hallazgo desató indignación en la comunidad ambientalista, que exige acciones firmes contra los responsables de este crimen ecológico.
Desde el Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) se condenó enérgicamente este acto, recordando que la tortuga baula, al igual que otras especies marinas, está protegida por la Ley 371 del 1 de marzo de 2023, que regula la conservación y protección de estas criaturas y sus hábitats. Esta norma se suma a la Ley 8 de 2008, que suscribe la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas.
El caso se mantiene bajo investigación mientras las autoridades intensifican los patrullajes en la zona para evitar que se repitan hechos similares. Los habitantes locales y organizaciones ambientales piden justicia y acciones contundentes para proteger a estas especies, que año tras año visitan las costas panameñas para cumplir con su ciclo reproductivo.