Pese a ser considerada una festividad menor dentro del calendario judío, la fiesta de Janucá goza de una notable popularidad. Probablemente esto se deba tanto a que se celebra cerca de Navidad y, por ende, aporta al espíritu festivo que atraviesa nuestra sociedad en el mes de diciembre. Por otra parte, la reciente costumbre de intercambiar regalos y la mención de Janucá en diversas series y películas provenientes de Hollywood contribuyen a su visibilidad.
La fiesta dura 8 días (este año comienza en la noche del 14 de diciembre) y el ritual central consiste en el encendido de las velas en un candelabro especial que tiene 9 brazos (ocho velas de Janucá y una vela servidora). Comenzando el primer día con una vela, vamos añadiendo cada día una vela más hasta completar toda la Janukía (así se llama este candelabro) la última noche.
La palabra Janucá significa “consagración”. Los libros de Macabeo y Macabeos II - textos que no forman parte de la Biblia Hebrea— detallan los acontecimientos ocurridos en el último tercio del siglo II a.e.c., cuando el rey seléucida Antíoco IV implementó políticas de asimilación forzosa dirigidas a la comunidad judía, lo que incluyó la prohibición del estudio de la Tora y la profanación del Templo de Jerusalén mediante sacrificios a deidades griegas.
Panamá 2 diciembre 2021.GR. La Embajada de Israel realiza encendido de la quinta vela de Janucá, fiesta de las luces o luminarias y una de las celebraciones más importantes del pueblo judío .corprensa/Gabriel RodríguezAnte la resistencia de parte del pueblo judío a abandonar sus doctrinas ancestrales, Antíoco decretó la prohibición del judaísmo. Esta medida provocó una revuelta encabezada por Matatías y sus cinco hijos, conocidos como los Macabeos, quienes lograron recuperar Jerusalem y el Templo. Después de eliminar los elementos paganos que habían introducido las fuerzas asimilacionistas, el Templo fue consagrado, dando así origen a la fiesta de Janucá.
El Talmud, compendio de enseñanzas judías redactado hace aproximadamente 1500 años, amplía el relato añadiendo la narración del milagro. Al recuperar el Templo, los macabeos encontraron una única vasija de aceite puro para encender la Menorá, el candelabro del Templo. Eso solo alcanzaba para un día. Milagrosamente, el aceite duró ocho días, tiempo necesario para preparar más aceite ritual. Por ello, con el propósito de difundir el milagro del aceite se encienden velas durante los ocho días de la festividad. Otro nombre de la celebración es Jag Haurim, la fiesta de las luces.
Recordando el milagro del aceite, en Janucá es tradicional consumir alimentos fritos, siendo las Sufganiot, unos pequeños buñuelos rellenos de mermelada o de chocolate, los más populares. Otra costumbre de la fiesta es jugar con un trompo o perinola de 4 caras (llamado dreidel o sevivón) en la que en cada una aparece una letra hebrea (puede ser N, G, H o SH, que son las iniciales de las palabras que forman la frase Nes Gadol Haiá Sham, un gran milagro sucedió allí).
Mirando en perspectiva, la lucha de los macabeos y el milagro del aceite son testimonio de la fortaleza espiritual del pueblo judío aferrado a sus creencias y a sus tradiciones. En sentido más amplio, las velas de Janucá constituyen un símbolo de la defensa de la libertad religiosa y nuestra capacidad de superar las adversidades. Su mensaje continúa vigente hasta nuestros días.
¡Feliz Janucá! Y que velas de Janucá iluminen a todo el mundo con su luz de esperanza y libertad.



