Una vida llena de lujos y propiedades de alto perfil terminó en ruinas legales para un grupo de personas condenadas por el delito de blanqueo de capitales. La justicia panameña ordenó el decomiso de bienes por más de 3.3 millones de dólares, que ahora pasan a manos del Estado.
El fallo judicial, que ya es definitivo, incluye la confiscación de varios bienes raíces y sumas importantes de dinero, tanto en efectivo como en cuentas bancarias. Según se detalló, entre lo incautado figuran:
Una casa de playa ubicada en Chame, un destino turístico muy cotizado en el país.
Una residencia en Costa del Este, zona residencial exclusiva de la ciudad de Panamá.
Varios apartamentos en prestigiosos PH de la capital, cuyos nombres no fueron revelados.
Más de $119,000 en efectivo encontrados durante la investigación.
Una cuenta bancaria con $543,468, cuyos fondos se vincularon directamente con actividades ilícitas.
Este decomiso forma parte de las acciones que el Estado está tomando para frenar el lavado de dinero y recuperar activos que provienen del crimen organizado. La sentencia no solo representa una condena penal, sino también una medida concreta para quitarle a los delincuentes el poder económico que obtienen con negocios ilegales.
Las autoridades destacaron que este tipo de casos refuerzan el compromiso de Panamá con los estándares internacionales en materia de transparencia y lucha contra el crimen financiero. También señalaron que es clave que los bienes obtenidos de forma ilegal regresen al patrimonio del país.
Con este fallo, se envía un mensaje claro: no importa cuán lujoso sea el estilo de vida, si está construido sobre dinero sucio, todo puede desaparecer de un día para otro.
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