¡Como si estuviéramos en Tierra Santa! Así se sintió la emotiva dramatización de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo que organizaron más de 600 estudiantes del Centro Educativo María Ossa de Amador, donde la fe, los trajes de época y el compromiso se mezclaron en una actividad que tocó corazones.
Desde los más pequeños del kínder hasta los más grandecitos de sexto grado se metieron en el papel, representando con solemnidad y respeto cada momento del sufrimiento de Jesús en su camino al calvario. Todo fue parte de una actividad especial por Semana Santa que ya es tradición por tercer año consecutivo.
La representación no fue solo un acto simbólico, sino una clase viva de valores. Padres, docentes y personal administrativo se unieron para hacer posible esta puesta en escena, cuyo objetivo no es otro que fortalecer el alma y sembrar valores como el respeto, la empatía y la fe.
El director del plantel, Saturnino Hernández, aplaudió el entusiasmo de todos los participantes y reafirmó que esta experiencia espiritual forma parte del aprendizaje integral que buscan ofrecer a sus estudiantes.
Entre los personajes más aplaudidos estuvo la estudiante Hellen Almeciga, quien dio vida a la Virgen María. “Me encanta ser parte de estas actividades, porque me ayudan a entender lo que Jesús hizo por nosotros”, confesó con emoción.
Más que un evento escolar, fue un momento para reflexionar, llorar, aplaudir y recordar que la Semana Santa no solo se celebra, se vive.
Cortesía Meduca







