El golpe de la pandemia a las familias, trabajadores, empresas grandes y pequeñas es devastador.
Así lo reconoce la Cámara de Comercio en su último informe. Las empresas, hoteles y comercios están vacíos y las viviendas desocupadas, la informalidad crece y el desempleo se disparó del 7 % al 18 %.
Ya no pueden esconderse las consecuencias al tejido social y familiar y las medidas de cierres de las autoridades son incoherentes, señala la Cámara.
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La preocupación es válida y viene de un gremio que no se ha quedado de brazos cruzados en medio de la pandemia y por ello su importancia.
Ojalá que el “GobierNito” tome nota y atienda el reclamo porque ya hay que aprender a vivir con la covid-19 y echar hacia adelante para evitar una catástrofe económica y social.
Si el Gobierno sigue viviendo en su burbuja, preocupado solo por prorrogar contratos portuarios y nombrar poetas para negociar contratos mineros y no presenta un plan real y posible de reactivación económica, el país tiene todo servido para un desastre que puede arrasar con lo poco que queda. ¡A evitarlo!



