Abominable, inaceptable e inexcusable. Solo así puede describirse lo que compila el informe de una Comisión de la Asamblea, que por meses dio seguimiento a las situaciones que estaban viviendo niños y adolescentes en albergues a los que eran llevados por distintas causas.
Hay que recordar que los comprobados abusos que se vienen dando en estos lugares -tutelados por el Estado- vienen siendo denunciados desde hace un año a través de publicaciones periodísticas, incluyendo de este medio, sin que haya un pronunciamiento contundente de las autoridades nacionales o sanciones ejemplares para los responsables.
Ese silencio cómplice ante un hecho tan vil como lo es la vulneración de los derechos de los individuos más frágiles dentro de una sociedad no puede quedar impune y el Estado tendrá que pagar las consecuencias.
Cualquiera sean los resultados de ahora en adelante, lo cierto es que niños y jóvenes a los que debíamos proteger fueron quebrados dentro de entornos avalados por el Estado, y difīcilmente sus vidas volverán a ser normales.



