Falta poco para que los “pelaos” regresen a sus aulas de clases a iniciar el año lectivo 2023 y eso emociona.
Todo comienzo llena de esperanzas y de seguro este año será provechoso porque se ha controlado la pandemia de la covid-19 y sobran las ganas de echar adelante.
Este año escolar nos brinda otra oportunidad a toda la sociedad para de verdad concretar una transformación del sistema público de enseñanza.
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Los diagnósticos y las cifras se saben, las intenciones también, pero lo que hace falta es que se concreten.
Se necesitan escuelas modernas, no solo con bancas y tableros, sino verdaderos gimnasios de aprendizaje, urge que los adolescentes regresen a las aulas y no se retiren, que las estructuras educativas tengan agua potable, internet, luz, seguridad.
Para solucionar eso no se requiere inventar una nueva fórmula química, sino tener voluntad política para que este país tenga un sistema educativo de excelencia y con oportunidades iguales para todos. ¿Acaso es mucho pedir?