Madres mundiales
La vida es breve y hoy, día de la Inmaculada Concepción, nos permite hacer un alto para decir: “Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, santos y buenos días de Dios tengan todas las madres de Panamá”.
No se puede pasar sin exaltar la fecha porque las madres son irremplazables y tenerlas con vida es una dicha, pero también debemos rendirle honor a las que ya partieron de la vida terrenal, pero dejaron su perpetuo amor entre sus hijos y familiares, que hoy recuerdan sus enseñanzas y cariño. Son esos los sentimientos que nunca mueren.
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Este mundo y este país en particular se sostienen, entre otras cosas, porque tienen madres mundiales. Esas que no tienen límites para amar y para sacar adelante a sus hijos y familias.
Es más, hoy muchas trabajan para llevar el pan a su casa, pero lo hacen con orgullo y dignidad, porque esas son cualidades de las mujeres y de las madres. Ellas son únicas como el cariño y el amor que imparten y son una muestra de que dar vida es una condición humana que no se puede pagar, pero sí agradecer todos los días, y hoy es uno de esos. ¡Felicidades!
