Las calamidades no avisan y la realidad es que a medida que la población mundial crece, con más frecuencia observamos afectaciones en zonas habitadas con saldos de destrucción, personas heridas y hasta muertas.
Es por ello que el ejercicio que experimenta el país desde este 13 y hasta el 16 de junio, sobre manejo de respuestas a desastres naturales, es de vital importancia para la población.
El ejercicio, que también involucra a otros países de la región, ha tenido un gran impacto desde el punto de vista mediático, pero ahora debemos procurar que los ciudadanos lo entiendan y asimilen para poner en práctica las experiencias que allí se plasman.
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Prepararse para un eventual desastre natural o provocado por otros factores hará la diferencia entre la vida y la muerte, y en un país como el nuestro, donde no hay cultura de prevención, incorporar estas iniciativas es de vital importancia.
Ojalá y la tarea iniciada se convierta en parte de la cultura social, como ya ocurre en otras latitudes que enfrentan con relativo éxito las calamidades.
