Finalmente, y a menos de 55 días de la llegada de las fechas del carnaval, el Gobierno Nacional oficializó esta actividad, asignó a la entidad y persona responsable y destinó un capital determinado para su ejecución.
Sin dudas es una buena noticia para quienes esperaban que esta actividad se retomara luego de dos años de no realizarse por la pandemia de la covid-19. Mejor aún para miles de familias, sobre todo del interior del país, que con las fiestas carnestolendas generan una dinámica económica que les sirve de sustento.
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Y es que desde ese punto de vista debemos ver la organización del carnaval, como una oportunidad para dinamizar la economía, al tiempo que se promueven costumbres y tradiciones y se brinda un espacio de esparcimiento a la población, que debe ser sano.
Ya hablaremos de las organizaciones a la carrera de esta fiesta y de los “shows” en tarima de mal gusto. Usando adecuadamente los recursos destinados, podemos hacer que los carnavales redunden positivamente en la economía del país y en el ánimo de la población.
