El Tribunal Electoral adelantará su Plan General de Elecciones porque ya sabe que no habrá reforma constitucional (promesa electoral) y las reglas del torneo del 2024 serán básicamente las mismas y hasta peores.
Es decir, los partidos tradicionales y los políticos clientelistas saben que las estructuras jurídicas actuales les permiten seguir viviendo del poder y por ello ninguna amenaza o protesta pública los hace reaccionar.
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Si los clientelistas ganan, sigue el secuestro del país; si pierden pero sacan algunos diputados, chantajean al próximo gobierno; y si pierden, tienen suficiente dinero acumulado para sobrevivir los cinco años de invierno.
Mientras no haya una ciudadanía activa y vigilante, este país va a seguir en manos de pocos y en medio de sugerencias que no pasan de las entrevistas periodísticas o las redes sociales.
Este país es desigual e inequitativo y no serán los políticos tradicionales los que hagan algo para revertir esa realidad, cada vez más golpeante.
