Gobernar de forma responsable es administrar los recursos públicos como buen padre de familia para que la ayuda, sobre todo, en pandemia, no sea selectiva o destinada para los que más pueden resistir en tiempos de crisis.
Ante esta realidad, los créditos fiscales para los poderosos del turismo es una ayuda controversial porque se supone que primero debieran mostrar los apoyos que han efectuado o van realizar para los pequeños y medianos empresarios del sector.
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Nadie puede negar que la actividad turística está golpeada, pero que puede ser una rápida generadora de empleos y de recuperación económica, pero la ley sancionada por el Ejecutivo tiene un tufillo de devolverle el favor a unos cuántos donantes de campaña, sin haber un plan integral para todos.
No puede permitirse que la mayoría financie los privilegios de unos pocos mientras que para el resto de la población se hacen recortes y se dice que no hay fondos públicos porque gobernar también es darle soporte a los más débiles. ¿Se les olvidó?
