El Día Mundial de los Derechos del Consumidor se desarrolla este año en una coyuntura como ninguna otra. Los efectos derivados de dos años de pandemia por la covid-19 sumados a la invasión rusa a Ucrania han puesto a las personas de casi todos los rincones del planeta en una situación difícil en cuanto al acceso de los productos e insumos que facilitan su vida diaria.
Como es de esperar, estas coyunturas son aprovechadas por oportunistas e inescrupulosos que con la finalidad de multiplicar sus beneficios y ganancias acaparan productos o especulan con los precios de los servicios ofertados.
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De allí la importancia de que los Estados fortalezcan los mecanismos e instituciones llamados a proteger a los consumidores, sin que ello se traduzca en una intervención arbitraria y caprichosa.
Sumado a lo anterior, y aunque vivimos en un mundo cada vez más interdependiente, es vital que países pequeños como el nuestro trabajen en una autosostenibilidad que permita superar coyunturas como las vividas en los últimos años.
