La situación del expresidente panameño Ricardo Martinelli, asilado en la embajada de Nicaragua desde febrero de 2024, ha resucitado las tensiones entre Panamá y Nicaragua dentro del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Nicaragua ha vinculado el asilo de Martinelli con su participación en el SICA, acusando a Panamá de bloquear su acceso a la Secretaría General del organismo.
Nicaragua argumenta que Panamá, junto con otros países, ha impedido que ocupe el cargo que consideran legítimamente suyo en el SICA.
Además, Nicaragua pide aclaraciones sobre una alerta de Interpol que supuestamente pesa sobre Martinelli, a pesar de que Panamá ha desmentido su existencia. Esta situación ha sido calificada por analistas como un “chantaje” por parte del régimen de Daniel Ortega, buscando influir en la política regional.