Cada 23 de abril se celebra el Día del Idioma Español, una fecha dedicada a conmemorar la riqueza, diversidad y trascendencia del idioma que une a más de 500 millones de personas en el mundo. Esta celebración tiene un profundo simbolismo, ya que coincide con la fecha en la que falleció Miguel de Cervantes Saavedra en 1616, autor de Don Quijote de la Mancha y figura emblemática de la literatura universal.
El español, también conocido como castellano, es la segunda lengua del mundo por número de hablantes nativos y la tercera más usada en internet. No solo se habla en España y América Latina, sino que ha crecido con fuerza en Estados Unidos, Filipinas, Guinea Ecuatorial y comunidades hispanohablantes en todo el planeta.
Su riqueza no solo reside en la cantidad de hablantes, sino en su capacidad de adaptación y evolución. Cada país y región aporta expresiones, acentos y giros únicos, lo que convierte al español en una lengua viva y profundamente diversa.
El 23 de abril también se celebra el Día Mundial del Libro, declarado por la UNESCO, precisamente por la coincidencia de la muerte de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. En este contexto, el Día del Idioma no solo rinde homenaje a la lengua, sino también a la creación literaria y al poder de las palabras para transformar realidades, cuestionar el mundo y expresar emociones.
Cervantes, con su obra cumbre, revolucionó la narrativa de su tiempo y sentó las bases de la novela moderna. Leer El Quijote es redescubrir la riqueza del idioma, el ingenio, la ironía y la profundidad de una lengua que ha moldeado la identidad cultural de millones.
En las escuelas, bibliotecas y centros culturales de todo el mundo hispano, esta fecha se convierte en una oportunidad para promover la lectura, la escritura y el buen uso del idioma. También es un momento para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el español: desde la pérdida de vocabulario en los jóvenes hasta la influencia de otras lenguas en contextos de migración.
Celebrar el Día del Idioma es, en última instancia, un acto de reafirmación cultural. Es valorar el idioma como puente entre generaciones, como herramienta para el pensamiento crítico y como expresión de identidad colectiva.
En tiempos de globalización, donde las diferencias pueden parecer barreras, el español actúa como un lazo que une culturas, pueblos y generaciones. Hablarlo, escribirlo, leerlo y preservarlo es también un acto de pertenencia y resistencia cultural.