La crisis migratoria en la selva de Darién parece no tener fin. Cada vez más personas atraviesan la jungla con la esperanza de llegar a Estados Unidos en busca del sueño americano, a pesar de las medidas implementadas para frenar la llegada de migrantes de forma ilegal.
La mayoría de los migrantes que se aventuran a cruzar la selva de Darién provienen de Venezuela, Haití, Cuba y China. Muchos escapan de la difícil situación sociopolítica y económica de sus países de origen. Sin embargo, también hay delincuentes que aprovechan la situación para evadir la justicia en sus naciones.
Una de las mayores preocupaciones es la violación de los derechos humanos y los delitos a los que están expuestos los migrantes una vez que ingresan a la selva e intentan llegar a Panamá. Según el defensor del pueblo, Eduardo Leblanc, no es posible establecer con precisión cuántas personas mueren en el camino o son víctimas de violencia debido a la falta de intercambio de información con Colombia y Ecuador.
Leblanc ha llevado esta situación a los más altos niveles de los Estados Americanos y ha solicitado la intervención de las agencias de las Naciones Unidas para proteger tanto a los panameños como a los extranjeros en tránsito. Sin embargo, la falta de cooperación internacional dificulta la solución del problema.
El flujo de migrantes irregulares por Panamá ha aumentado significativamente en los últimos años, superando las 500 mil personas en el año pasado. Ni siquiera la pandemia detuvo este flujo, lo que convierte la gestión de esta crisis en una tarea prioritaria para los próximos gobernantes.
Leblanc hace un llamado a los futuros líderes del país para que establezcan una fuerza multinacional en colaboración con Ecuador y Colombia. Reconoce que este no es solo un problema de Panamá, sino de todos los países involucrados en la migración.
Sin embargo, las autoridades panameñas han advertido que el paso por la selva de Darién ya no es un flujo humanitario, ya que la mayoría de las personas que ingresan son pandilleros. La directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gonzaine, ha señalado que incluso se han detenido miembros de pandillas peligrosas, como el ‘Tren de Aragua’ de Venezuela.
Ante esta situación, Leblanc envía un mensaje claro a los delincuentes que intentan ingresar al país: Panamá tiene un registro biométrico y serán extraditados. A pesar de los desafíos, se estima que casi 100 mil migrantes irregulares han cruzado la selva de Darién hasta la fecha.


