La comunidad de La Cabima está de fiesta, pues doña Simona Núñez Sánchez, cumple 100 años, que no se fuman en pipa. Ella es oriunda de La Estrella en Sioguí Abajo en Chiriquí.
Hoy su familia está de fiesta, pues doña Simona ajusta un año más de vida en medio del cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos. Este año el agasajo será de manera diferente por la pandemia, pero rodeada de quienes la aman. Nació el 28 de octubre de 1920.
Doña Simona crió a 10 hijos (tres fallecidos) en una humilde rancho de barro en la comunidad de Aserrío en Gariché. Se iba a las jornadas a deshierbar monte, pilar arroz, lavar y planchar ropa, hacia de todo a fin de llevar el sustento a su casa. En la humildad de su hogar sacó adelante a sus hijos.
Está chiricana, mujer fuerte y trabajadora no baja la guardia, cuando se trata de hacer oficios, pues se pone manos a la obra.
Doña Simona tuvo nueve partos y 10 hijos. Una pareja de mellos.Entre risas su hija Adelina de Avilés contó que doña Simona a su edad quiere ayudar en la faena del hogar, pese a que le dicen que se esté tranquilita, ella no puede ver cama desarreglada que ella no quiera acomodar.
Adelina narró que siendo ella una niña le tocó ver como su mamá se levantaba muy temprano, les preparaba la comida y se iba a su faena laboral. Cuando ella regresaba traía la comida que le daban de almuerzo y la repartía con sus hijos.
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En medio de la necesidad de buscar la comida para sus hijos, doña Simona consiguió una máquina de coser a mano y hacia vestidos y reparaciones para algunos personas. "Con los retazos de tela que sobraba confeccionaba muñecas para sus hijas y camitas de palito para que jugarán. Son recuerdo muy tiernos que atesoro en mi corazón, mi mamá es única en esta vida”, describió Adelina.
Por su avanzada edad, doña Simona fue a vivir con su hija Adelina en La Cabima, pero todos los días extraña Aserrío donde cosechaba yucas y otoes de su patio. Allá tiene su casa que fue construida por sus hijos hace años, donde ella dice sentirse millonaria, pues en su juventud vivió en ranchos.
Como toda interiorana, doña Simona le gusta comer gallina de patio, su taza de café, un buen tamal, la pesada de nance y está pendiente que su hija siembre guandú, pues son sus frijoles favoritos. En su celebración habrá un menú muy criollo para doña Simona y sus hijos esperan que “no esté tan mal” a su paladar.
Sus familiares le dan gracias a Dios por tener la dicha de contar con doña Simona y les desean bendiciones y mucha salud. ¡Felicidades!
Adelina expresó que no hay madre mejor que la de ella.


