La fe no conoce edad ni límites físicos. En el camino hacia Portobelo, miles de creyentes se abren paso entre la lluvia, el cansancio y el calor, impulsados por una sola convicción: su devoción al Cristo Negro.
Entre ellos destacan dos historias distintas, pero unidas por la misma fuerza espiritual: la de Edgardo Díaz, un joven que desde los 12 años peregrina a pie, y la de Cecilio Sánchez, quien, a pesar de un problema en la rodilla, sigue cumpliendo su promesa como puede.

Edgardo tiene apenas 19 años, pero ya acumula seis años caminando desde Calzada Larga, en Chilibre, hasta el santuario del Nazareno. Nada lo detiene, ni siquiera los aguaceros que suelen acompañar la jornada.
“Ha caído el agua y ni aun así nos detuvimos. Andábamos mojados, pero con la fe en alto”, cuenta mientras avanza por la carretera con su mochila al hombro.
El joven asegura que su fe en el Cristo Negro le da energía y sabiduría para enfrentar los retos de la vida.
“Me da fuerza, me da esa fe, esa inteligencia, y siempre le pido que me dé seguridad, que me proteja y le dé salud a toda mi familia y a mí también.”
Con la humildad de quien camina con propósito, Edgardo lanza un mensaje directo a los de su generación: “Que vengan y que sepan que este Cristo es de fe. No pierdan la fe, tengan un corazón con Él y verán que cumplirá lo que ustedes quieran.
”Un poco más adelante, en el templo de Portobelo, la historia cambia de ritmo, pero no de fe. Allí está Cecilio Sánchez, un devoto de Calidonia, ciudad de Panamá, que ya no puede caminar largas distancias debido a un problema en la rodilla. Sin embargo, eso no le impide venir a visitar al Nazareno cada vez que puede.
“Yo siempre he creído en el Nazareno de Portobelo. Le he pedido y me ha dado una gran bendición. Antes caminaba desde Sabanita hacia adentro, pero ya no puedo por la rodilla”, cuenta con serenidad.
Aunque reconoce que hay años en los que no logra llegar, su devoción permanece intacta.
“Cuando pueda venir, vengo a cumplirlo. El año pasado no pude, pero cuando puedo, regreso. Si no, voy a Nazarenes a Miguel”, dice con firmeza.
Ambos, desde caminos distintos, representan la esencia de esta celebración: fe que se adapta, se fortalece y nunca se rinde.
En ellos, la peregrinación no solo se mide en kilómetros, sino en constancia, agradecimiento y esperanza.
🟣 FRASES DESTACADAS
“Ha caído el agua y ni así nos detuvimos. Andábamos mojados, pero con la fe en alto.” – Edgardo Díaz
“Aunque ya no pueda caminar, yo vengo a hablar con el Nazareno. Él me ha dado su bendición.” – Cecilio Sánchez
CAJA DE DATOS
Edgardo Díaz Calzada Larga, Chilibre 6 años (desde los 12) Camina bajo lluvia cada octubre hasta Portobelo “No pierdan la fe. Tengan un corazón con Él.”
Cecilio Sánchez Calidonia, Ciudad de Panamá Más de 10 años Problema en la rodilla, pero sigue asistiendo “Aunque no camine, siempre vengo a agradecerle al Nazareno.”

