Más que un alimento, el bollo pacoreño es una tradición, una herencia que pasa de generación en generación, un legado, un símbolo que identifica a todo un pueblo.
Una de las más famosas bolleras es Mariela Guerrero, una adulta mayor de 69 años, quien lleva más de 30 años preparando este delicioso alimento.
Esta abuelita todos los días prepara entre 500 a 600 bollos para la venta y nos contó que esta miniempresa la heredó de su madre, quien falleció hace años y le enseñó el arte.
Bollos. Son famosos e internacionales. | Foto: Vivian Jaén | Mi DiarioGuerrero indicó que lo que hace famosos a los bollos pacoreños es que todos los productos que se utilizan para su elaboración son naturales.
“El secreto está en las manos pacoreñas y el amor que le ponemos al trabajo”, expresó.
Vicente Avecilla, hijo de Mariela y quien ayuda en la preparación, señaló que desde la madrugada empiezan a laborar para tener los pedidos a tiempo para sus clientes.
“Trabajamos de domingo a domingo, nos levantamos a las 3:00 de la mañana y los días viernes a la 1:00 de la mañana, ya que ese día es el de mayor venta. A las 5:00 de la mañana ya debemos tener un aproximado de 200 bollos listos”, acotó.
Vicente. Siempre dispuesto a ayudar a su mamá. | Foto: Vivian Jaén | Mi Diario“Fulo”, como cariñosamente le dicen a Vicente, manifestó que este codiciado producto es muy famoso también en la provincia de Chiriquí, tanto que ya están en negociaciones con una empresa que se dedica a la venta de empanadas en esa provincia para vender los bollos, un producto que es el sello de esta comunidad.
“En Chiriquí también son muy cotizados, los bollos son bastantes correteados, especialmente cuando decimos que son de la señora Mariela, se van a balazo, en media hora ya no tenemos bollos”, afirmó.
Famosos e internacionales
Este producto netamente panameño y que tanto fascina también es vendido en el exterior. Mariela resaltó que le han hecho pedidos hasta para llevar a Nueva York, Estados Unidos. ¡Wao!
A ella la llena de orgullo que este producto 100 % pacoreño haya traspasado las fronteras, dándole renombre a su pueblo.
Carlos Alberto "Layo". Uno de los ayudantes de la señora Mariela. | Foto: Vivian Jaén | Mi DiarioY es que en Pacora, a unos 40 minutos de la ciudad de Panamá, siempre hay maíz nuevo. Pero con la llegada de la pandemia de la covid-19, al igual que muchos otros negocios, la miniempresa de la señora Mariela se vio afectada en sus ventas.
“Con la pandemia bajaron algo las ventas, especialmente el año pasado, inclusive a mí me dio la covid-19, por lo que estuve un tiempo sin poder trabajar, Sufro de diabetes y la presión alta, pero al infectarme llegué también a presentar problemas con los riñones... Muchos adultos mayores han muerto por esto, pero yo estoy aquí de pie gracias a Dios”, confesó.
Justo Sanguillén. Ayuda a sacar los capullos.| Foto: Vivian Jaén | Mi DiarioMariela dice que tantos años madrugando han hecho que ella no necesite de una alarma o que la llamen para levantarse y ponerse manos a la obra.
“Hacer esto me mantiene activa, ya no me veo parándome tarde, llevo haciendo esto tantos años que ya estoy acostumbrada. Los que me ayudan son como ocho personas, entre familiares y vecinos, los cuales dependen de esto para llevar el sustento a sus hogares”, precisó.
Tradición de familia. Hablar de bollos es sinónimo de Pacora. | Foto: Vivian Jaén | Mi Diario

